ENVÍO EN 24H-48H

PAGA HASTA EN 3 CUOTAS

PRIMER CAMBIO DE TALLA GRATIS

blog Urbano

North Point Cast; Entrevista #002 Oliver y Joselu

¿Sabías que en North Point también hacemos podcasts?

Sí, además de ropa, Pop Ups y movidas con la comunidad, también tenemos nuestro propio espacio donde hablamos con gente real que forma parte del universo NP. Artistas, riders, DJs, creativos… personas con historias auténticas y perspectivas que inspiran.

Aquí encontrarás las versiones redactadas de cada episodio: todo lo que se habló, sin perder el rollo ni los detalles.

Continuamos con el segundo  capítulo con Joselu y Oliver, que nos contó su camino, su visión y un montón de cosas que no te quieres perder. Y esto es solo el comienzo.

Fausto: Este es el segundo podcast de North Point Cast y en esta ocasión va dedicado al mundo del inline.
Hoy hacemos el programa con dos personas que representan a dos generaciones: Oliver, que empieza a patinar con 13–14 años sobre el 93–94…

Oliver: 92–91, diría.

Fausto: …en Palma, un adelantado, viniendo del hockey, sí, sí. Y Joselu, que lleva 3–4 años patinando…

Joselu: Bueno, 5–6, con un parón por medio.

Fausto: El caso es que representáis dos generaciones, y es muy importante que estéis aquí.
Oliver puede hablar, como “old school”, de cómo vivió el nacimiento del patín, la evolución, sus inquietudes, cómo iban apareciendo trucos, las relaciones con gente de toda Europa y Estados Unidos…
Todo eso en una época en la que os comunicabais por vídeos VHS que viajaban de un sitio a otro: cuando llegaba alguno, la gente hacía copias para descubrir trucos y spots.
Y de ahí hemos pasado al mundo de Instagram, donde se hacen directos como los que hacéis ambos ahora mismo.
Mira todo lo que ha cambiado, pero… ¿qué se mantiene en el patín? El amor al patín, la locura, la adrenalina.

Yo soy Fausto, fundador de North Point. Sigo en ello y pienso seguir mucho tiempo más. Me alegra un montón poder juntar aquí a personas como vosotros, que representáis dos generaciones, el inline y el vínculo tan importante que ha tenido North Point con el inline, sobre todo en los primeros años, donde fuimos muy de la mano.

El mundo del inline y North Point van de la mano. North Point nace en el 93, cuando el inline empieza a despegar en Barcelona, justo después de las Olimpiadas del 92.
Se puso de moda el fitness: hacer ejercicio, paseos, conos… y surgió un grupo de gente joven más inquieta que decía: “Esto nos aburre”.
Lo que yo conocí directamente fue Barcelona después de las Olimpiadas. Había una zona, la Vila Olímpica, con muchas escaleras, que se convirtió en lugar clave: los chavales a los que les aburría hacer conos y figuritas empezaron a deslizarse por los bordillos de esa zona.

Ahí se da un paralelismo entre:

  • la evolución del patín en línea hacia el agresivo,

  • el crecimiento de North Point

  • y el vínculo con los patinadores, que entonces teníais 13–14 años.

Luego hay fechas concretas, momentos clave: por ejemplo, cuando El Árbol de Filis organiza en Vila Olímpica una exhibición de halfpipe.
Era un half pequeño, unos 2,90 de radio, si no recuerdo mal, todo blanco. Allí ya estuvo Añoño de Sevilla y gente que iba de gira con la Phillis 6, Porto Europa, etc.

Ese es un momento donde el inline empieza a tomar cuerpo en Barcelona.
Los que patinabais con patines de fitness empezáis a hacer inventos con el patín, porque con eso no podíais hacer lo que os gustaba.
Empezáis a trastear el patín: a cambiar botas. Algunos usaban Bauer (marca que venía del hockey), otros ya empezaban con Benetton / Rollerblade y K2.
Y transformabais esos patines para poder hacer figuras, virguerías y demás.

Ahí se rompe todo: deja de ser el patín de la parejita de la mano por la calle, se inicia otra mentalidad. Empieza el patinar para hacer freestyle, agresivo, ir a lo loco.
Se empieza por los bordillos, luego vienen las barandillas y las pocas instalaciones que había: minis como la del Turó Park, de cemento.

Oliver: Exacto, y en la Vila Olímpica también había un skatepark.

Fausto: Sí, en la Vila Olímpica había uno pequeño, con pista de cemento llena de agujeros, que era la que rompía pantalones y se rompía todo.
Justo esa pista fue la que me decidió a hacer un pantalón duro, para que aguantara y los chavales, al volver a casa, no llegaran con el culo roto y su madre diciendo: “¿Qué ha pasado? ¿Qué compráis pantalones ya rotos en el camello?”.
Ahí empieza todo.

Luego, a partir de los 2000, el inline tiene un ciclo: la gente se hace mayor y no hay una generación que les sustituya de inmediato.

Oliver: Es más, diría que pegó un bajón en esa época.
La etapa más fuerte fue del 93 al 2000, cuando nace North Point. Era una locura. Solo hay que ver los vídeos de esa época y compararlos con los actuales.
Los vídeos de antes eran mucho más agresivos, la esencia era otra. Se ha perdido un poco.
Cuando nació North Point, diría que fue el mejor momento del inline: estábamos en los X Games, estábamos por todas partes. Era el más fresco.
Sin duda, volvería atrás si pudiera patinar esa época; habría molado vivirla con lo que sé ahora.

Fausto: North Point nace de tus experiencias y las de mucha gente que venía del hockey con Bauer, que luego se fue transformando. ¿Cómo viviste tú esa evolución de los 11–12 años, del hockey al patinaje agresivo?

Oliver: Yo patinaba hockey. Practicaba hockey, y a raíz de eso, después de entrenar salíamos a saltar escaleras y a hacer el loco.
Con el tiempo, me fui comportando como dices tú: después de jugar a hockey salía a patinar, a saltar escaleras y demás. Lo que pasa es que no existían aún los trucos como tal.

Fausto: Era saltar, y ya.

Oliver: Y de espaldas, sí.
Recuerdo que en verano venía un chico que se llamaba Jairo y otro Olmo.
Un verano nos enseñaron qué era un frontside, qué era un soul, y nosotros alucinando, poniéndolo en práctica.
Al verano siguiente, lo mismo: regresó de Suiza y nos dijo: “Ahora se lleva esto”, y nos enseñó un unity.
Así sucesivamente nos íbamos enterando de trucos nuevos.
Con los patines que teníamos era muy difícil ejecutarlos, pero tirábamos.

Yo empecé con unos Bauer, y luego pasé a unos Roces Majestic 12, que creo que es el primer patín de agresivo que sacó la industria. Me acuerdo que no tenía ni plate soul.
Nosotros fabricábamos algo parecido a lo que ahora es un plate soul:
cogíamos un trozo de metacrilato, le hacíamos agujeros, hacíamos agujeros en la bota, lo atornillábamos y lo enganchábamos.
Nos dimos cuenta de que con eso teníamos más facilidad para bajar una barandilla.
Con el tiempo vimos que la industria se fijó en eso, no en nosotros concretamente, sino en lo que hacía mucha gente en el mundo, y empezaron a sacar los plate soul de hoy.

Fausto: ¿Y las guías? ¿En qué se transforman? ¿Cuándo empiezan a ser intercambiables?

Oliver: Al principio la guía era parte de la bota. Si se rompía la guía, se rompía el patín.
Hacíamos lo mismo que con el plate soul: poníamos plástico o metacrilato para que se rompiera eso antes que la guía.
Primero hierro, luego metacrilato, y la industria acabó sacando una placa.
Pero tardaron 8–9 años en darnos esa solución.

Fausto: Era el inicio. Como las leyes: siempre van detrás de lo que la gente necesita. Vosotros empezasteis a resolverlo por vuestra cuenta.

Oliver: Se puede decir que el plate soul lo inventamos “nosotros”, no nosotros españoles concretamente, sino los que empezamos a patinar agresivo en todo el mundo.
Era de lógica: si tenías un dedo de espacio para bajar una barandilla, lo normal era crear más superficie.

Fausto: O cambiar el tamaño de las ruedas.

Oliver: Exacto. En mi época ya no existían ruedas de 60 mm para agresivo, eran ruedas pequeñas. Por suerte, cuando empezó el agresivo todas eran chiquitillas.
Lo que hacíamos nosotros era coger el núcleo de una rueda, romper la goma y quedarnos con el núcleo para hacer un anti-rocker.
O directamente no llevar anti-rocker, como hago yo actualmente.
Mucha gente me mira y me dice: “No llevas anti-rocker”. Es que patino así de toda la vida; me gusta que entre el patín.

Fausto: La industria descubre el agresivo, lo empezáis a utilizar, resolvéis una necesidad vuestra.

Oliver: A partir de ahí surgen otras marcas: USD, etc. Esas ya nacen con el concepto de agresivo, bastante más adelante.
Al principio estaban Bauer, Roces, K2, luego vino Rollerblade, por supuesto.
Chris Edwards fue el primero en hacer un rail en barandilla –un soul– con unos Rollerblade.
Durante muchos años estuvieron esas marcas; ya a inicios de los 2000, un poco más adelante, salieron USD, Salomon, etc.

Fausto: ¿Y tú cuándo sales de Mallorca y vienes a Barcelona?

Oliver: Debería tener unos 13 años.
Conocí a tu hijo por suerte en una competición, y tengo recuerdos de haber estado aquí en North Point bien pequeño, durmiendo aquí para venir a patinar a Barcelona, ir a los camps o a las competiciones que había. Yo iba a todas.

Fausto: Tú estuviste en el primer camp que se hizo, por supuesto. Luego hicimos otro en Río de Neu.

Oliver: Sí, otro montaje para venir desde Mallorca.
Solía venir en avión o en barco.

Fausto: ¿Qué te pasó con el avión? Que me he enterado…

Oliver: Tenía unos 13–14 años. Mi madre me dejó en el aeropuerto y estuve 8–9 horas esperando a ver si había una plaza de última hora para entrar en el avión y no perder el autobús hacia el camp.
Llevaba como 7 horas allí. Me dejó por la mañana, y veía que nadie fallaba a ningún vuelo. Las azafatas me veían allí con los patines.
Hablamos del primer camp, sí.
Se me ocurrió colarme en el avión.
En la zona donde cogían los tickets, en Palma, había como una barra; yo era pequeño y pude meterme por debajo, tirar los patines y colarme.
Entré en el avión encendido, ya se movía y todo. La azafata iba pidiendo tickets y cuando llegó a mí vio que no tenía.

Fausto: Como los picas del tren.

Oliver: Exacto. Antiguamente debía ser más fácil; hoy creo que sería imposible. No conozco a nadie que se haya colado en un avión como si fuera el metro.
Yo no me cuelo en el metro porque casi no lo cojo, pero fue parecido.
Salté una valla de metal, pasé por debajo de la recepción y entré por detrás, saltándome el control.
Les di hasta pena. A las dos horas me metieron en un avión y pude volar.

Fausto: ¿Te descargaron y te localizaron un billete?

Oliver: Sí. Luego les conté la historia, porque yo era un niño de 13 años. Mi madre me dejó allí “a cargo” de las azafatas, diciendo: “Metedlo en el avión”, sin billete, pero con el dinero para pagarlo.
Antes era distinto: si alguien fallaba al vuelo, entrabas tú. No había tanto control.
Es una anécdota que mi madre todavía me recuerda: me colé en un avión.

Fausto: Por fijación.

Oliver: Sí, por obsesión con patinar. Yo tenía que ir al camp, y lo hice. Era un niño, tampoco lo viví como una gamberrada; para mí era lo normal.
En esa época estábamos más echados para delante, más impulsivos.

Fausto: Posiblemente los chavales de entonces tenían más actos de independencia.

Oliver: Sí. Mi madre también, de joven, me mandó a estudiar a Londres, y a raíz de ahí he viajado por todo el mundo. He vivido en cinco países.
Ya hablaremos de viajes, pero mis viajes se inician ahí, y con North Point: de una isla, Mallorca, al Pirineo, a Barcelona…
Yo venía aquí a patinar, me quedaba con Kilian, con tu hijo, y alucinaba con estar en Barcelona. A mí Mallorca se me quedó pequeña desde el principio.

Fausto: Después del camp de Mallorca, ¿qué otra fecha importante recuerdas en el mundo del patín? ¿El contest de Lausanne, quizás?

Oliver: El contest de Lausanne, sí.
Tengo el recuerdo de que en el primer contest no pude ir porque practicando en un halfpipe un McTwist 720 me partí el tobillo y tuve que esperar al año siguiente.
Pero el recuerdo más fuerte que tengo es la competición que hicieron aquí, las Super Contests.
Tuve la oportunidad de ganarla en amateur y me dieron una invitación ese mismo día para participar con Chris Edwards, Alexis Sejeda, Aaron Feinberg, todos los pros.
Alexis era increíble; yo poder patinar con él con 16 años, siendo un niño, y ganar esa competición a esa edad me marcó mucho.
Luego seguí compitiendo y gané varias más, como el Trinity Games. Fue muy divertido. En casa tengo un saco lleno de copas.

Fausto: Voy a aprovechar para explicarle a Joselu lo que fue el Trinity Games.
Hubo hasta un coche.
El Trinity Games fue el primer evento con cuerpo que se organizó desde North Point en el Nudo de la Eternidad aquí en Barcelona, en el interior.
Eran 24 horas seguidas de actividad: patinaje, música, DJs…
Se empezaba a las 7 de la tarde del sábado y se acababa a las 7 de la tarde del domingo. 24 horas non-stop.

Oliver: Yo dormí dentro del coche.
Había un coche con un rail arriba, que subía y bajaba, y yo dormí ahí esa noche.
Empezó la competición y salí de ahí medio dormido a competir.
Había una curva que venía de un desguace, con un coche colocado en el circuito de street y la barandilla encima del coche.
Estábamos zumbados. Otra época.
Había muchos huesos rotos. Recuerdo ir a competiciones y ver 4–5 brazos rotos y 2 piernas rotas en el mismo evento. Ahora eso no lo veo.

Fausto: A mí estar en Lausanne me cambió la vida: la energía, la gente, el chip que llevaban.
A partir de ahí, cuando vuelvo, decido definitivamente poner en marcha todo. Acabo de entender las barandillas eternas.

Oliver: ¿Te acuerdas que bajaban de la montaña?
Nada que ver con ahora.
Hiciste una barandilla parecida tú.

Fausto: Sí, hice una barandilla de unos 50 metros de largo, aprovechando una curva con pendiente. No era muy alta, unos 40 cm, pero te permitía hacer 40 metros de barandilla.

Oliver: Una pasada. En esa época hacíamos rails más largos, y hoy en día yo sigo haciendo rails largos en una calle entera de 50 o 100 metros.
Creo que eso también viene de esa época. En Lausanne había una barandilla que bajaba de una montaña, igual dos calles, una pequeña colina hasta la zona plana del evento.

Joselu: Ahora no se ve mucha barandilla larga.

Oliver: A mí me gusta, y creo que viene de ahí.
Aprovecho esa época histórica de los 2000, antes de empezar con Joselu, para que nos expliques qué ha sido de toda la gente que patinaba entonces.
¿Quién queda patinando de mi generación en agresivo? ¿Quién se mantiene?

Yo recuerdo a Peck, Espi, Kilian, Cali, Carlos, Alexis… Eran nuestros ídolos, el “papá” del patinaje para mí.
También Javi Bujanda, Dennis… Era una generación muy buena.

Fausto: A nivel internacional: Arlo Eisenberg, Taïg Khris, Rene Hulgreen

Oliver: Sí, Rene Hulgreen y muchos más. Había más patinadores antes que ahora.
La generación de pros que vino después de esa ya está retirada, y la generación de pros actual es muy pequeña.
Los pros de verdad los podemos contar con los dedos de una mano.

Joselu: ¿Hablamos de Barcelona?

Oliver: En general. Pros activos, con bota propia, hay muy pocos: podemos decir Carlos Bernal, Michel Prado

Joselu: Con bota no, pero nivel sí que hay.

Oliver: Sí, nivel hay. Pero comparando, había más pros en el 2000. Había más masa de patinadores.
El nivel de ahora es muy alto, pero entonces también lo era y había muchísima gente.

Fausto: A partir de 2000–2005 hay un declive y ahora tenemos un resurgir.
Comparando épocas, quitando a 4–5 (Carlos Bernal, Michel Prado, Nick Lomax y pocos más), con todo el respeto, muchos pros de ahora en aquella época no estarían ni en el team flow.
Me sabe mal decirlo, pero es lo que mucha gente piensa: antes había pros como Eric Parker que nunca llegaron a tener bota propia y eran bestias.

Joselu: No lo conozco.

Oliver: Está por hacerse, está en el proceso (risas).
Antes te lo tenías que ganar mucho más. Ahora va mucho también con los followers.

Joselu: Antes la gente estaba más “tumbada” que ahora. Otra generación; eso ya no se hace igual.

Fausto: Bien, y tú después de Barcelona, ¿a dónde fuiste?

Oliver: Después de Barcelona me fui a estudiar a Londres y estuve patinando bastante allí.
Siempre he patinado cuando viajo: Londres un año, luego Milán, tres años patinando por allí; luego Copenhague (Dinamarca), también patinando con pros. Me gustó mucho, aunque hacía frío.
Después de Copenhague volví un tiempo a Londres y de allí me fui a Estados Unidos, a Brooklyn (Bushwick).

Fausto: ¿Y en Brooklyn qué tal se patina?

Oliver: Muy bien, tengo muy buenos recuerdos. Estuve cinco años y tuve la oportunidad de participar en eventos allí.

Fausto: ¿Al lado de donde está el toro de Wall Street se patina?

Oliver: También estuve allí, le toqué los huevitos al toro (risas).
Había una placita con unos escalones y unas escaleras.
En Nueva York está todo lleno de spots.
Barcelona tiene muchos spots y es un punto de encuentro enorme, pero Nueva York es increíble.

Fausto: Y ahora tu etapa nueva en Barcelona, donde ya coincides con gente como Joselu, ¿cómo lo lleváis?

Oliver: Muy bien, me adapto bien a la nueva generación.
No hemos coincidido muchas veces, pero bien. No soy un cascarrabias del tipo “soy old school y esto se hace así”.
Al revés, me voy adaptando.
Es más, hoy hago trucos que de pequeño eran impensables.
Recuerdo hablar con David de Palma, que era muy bueno, y decir: “¿Te imaginas pegar un 360 y grindar?”. Nos parecía una locura.
Hoy en día hago esos trucos. He evolucionado con el patinaje y con los trucos, hago cosas que antes eran como de videojuego: un 540 y grindar, por ejemplo.
Eso ha sido con la evolución del patinaje.
Lo que sí veo es que la generación de ahora nace con esos trucos ya como base. Veo gente que igual no te marca un royal en una barandilla en bajada, y de repente en un cajón se pegan un 540 kind grind.
Tampoco lo veo muy bien, porque no tienen toda la evolución de trucos que había antes; van adelantados a ciertas cosas y se olvidan de otras.

Joselu: Sí, no te marcan un alley-oop top soul, pero te tiran un hurricane (risas).

Oliver: Y a veces también carecen de estilo.
Ves gente que hace trucos muy bestias, dices “es bueno”, pero luego patinando en línea recta ves que no sabe patinar fino. Le pasa a algunos, no a todos.

Fausto: Antes había pocos sitios y ahora hay muchos.
En aquella época, ¿dónde se reunía la gente? ¿Cuál era el punto de encuentro, al margen de las tiendas que apoyaban, como pasó en Mallorca con Roller’s Roll (Ronald Roll), que era el punto de reunión?

Oliver: Sí, tenía un local detrás con vídeos para verlos, luego sacaba rampitas. En mi caso el punto era Ronald Roll.

Fausto: Has dicho “rampitas”.
Recuerdo uno de los primeros funbox que hice: desmontable, en un remolque de coche (de caza, de perros).
Lo transformé en funbox: rampa de entrada en quarter, plano de salida y barandilla. Lo mandé a Mallorca para hacer eventos allí. Hicisteis varios, aprovechando ese remolque.

Oliver: North Point siempre ha estado presente, o al menos así lo he vivido yo.

Fausto: Yo tengo muy buen recuerdo de Mallorca: las tiendas que sirvieron de punto de encuentro y dinamización, que organizaban eventos, juntaban a la gente, como tú.

Oliver: Ronald Roll ha apoyado muchísimo. Diría que es la tienda más antigua que hay en Europa.
Mis primeros patines los compré allí con 11 años, y ahora tengo 43. Juan lleva toda una vida con el patinaje, como tú con North Point.
Diría que Ronald Roll y North Point son pioneros.
Imagino que habría alguna tienda más, pero que siga presente desde entonces, no creo.

Fausto: Yo no tengo presente ninguna de esa época. Quizá en Valencia, pero con el mismo nombre desde el 92… complicado.
La tienda, para poder apoyar, necesita un mercado de usuarios que la sostenga.

Oliver: No sé cómo se organizó Juan, pero ahí sigue.
Hace poco estaba patinando con un chico de 22–23 años y vimos una pegatina vieja de Ronald Roll en un plano inclinado, aquí al lado de la Barceloneta. Ponía “2008”.
El chaval dijo: “Qué antigua”, y yo pensé: “2008 no es nada, ¡si eso es de hace poco!”.
Juan está desde el 92. Yo era un niño y él ya estaba allí. Imagínate el tiempo que lleva.

Fausto: Otro tema muy ligado al patín es la locura y las roturas: las lesiones.
Mira lo que me ha pasado a mí. Tú tienes unas cuantas experiencias.

Oliver: Lo último que me he roto ha sido el ligamento de un dedo, que ahora me tienen que operar.
Tuve la lesión del esquiador, se me ha quedado el dedo que casi no puedo cerrar la mano.
Y sí, me he roto bastantes cosas: tobillo, muñeca (con el hueso casi fuera), codo, tres costillas en Nueva York…
He vivido el agresivo en muchos países. En cada ciudad somos pocos, pero entre todos somos muchos.
En sitios como Nueva York y Miami he visto más gente patinando agresivo; en otros países, muy pocos.
En Barcelona seremos 40–50 patinando agresivo, con suerte.

(Y enlazando con competiciones de calle:)

He ido a dos competiciones de calle puras (street), una en la ESA en Francia el año pasado y otra contest en Lublin (Polonia).
En las dos era el único chaval joven.
Esas competiciones son casi ilegales, sin permisos, y ya casi no se hacen.
A mí me flipan las competiciones así, en calle, pero son muy pocas.
Lo que sí se hace mucho son profiles: grabarte en spots de calle, montar tu vídeo y que haya como una mini-competición de quién saca el mejor profile del año.

Fausto: Son las que echas en falta, ¿no?

Oliver: Sí, son las que necesito y ya casi no están. Han durado poco porque eran ilegales.
Si te gusta eso, te centras en hacer profiles, que es lo que estoy haciendo ahora: salir a la calle, grabar mis cosas y montarme mis películas.
La New York Invitational, por ejemplo, es una competición de calle donde tuve la oportunidad de participar.
Hubo un brasileño jovencito que casi se abre la cabeza; pararon la competición, vino la policía, no había permisos ni licencias, la gente haciendo el loco…
Por eso ese tipo de compes no han tenido mucho futuro: molan, pero ninguna marca ni institución puede apoyarlas.
Por eso la mayoría de competiciones acaban haciéndose en skateparks.
Hacer una “competición de street” en un skatepark es contradictorio: al final es competición de parque y punto.

Las compes de ahora tampoco son como las de antes. Los skateparks son muy pequeños. Solo hay que comparar los módulos de antes con los de ahora.
Yo muchas veces pienso: “Para esto no voy a competir”.
En lugar de eso, me propongo retos personales y profiles.
Yo ya pasé la fase de “demostrar” en vídeos; tengo mucho grabado, y sigo grabando, pero ahora patino más para mis proyectos.

Fausto: Tú vas con tu reto personal de todo un año. ¿Vas por el día 73?

Oliver: Sí, creo que sí, por el 73.
He pasado la peor etapa, que es el invierno, con agua y lluvia.
Estos días está lloviendo y sale el sol a ratos; he estado 5 días patinando bajo la lluvia.
En algunos vídeos no se aprecia, quizá por el contraste, parece seco, pero estaba lloviendo.
La etapa más dura para mí fueron las dos primeras semanas, por cardio.
Yo patino a diario y no suelo tener muchas agujetas, pero al principio me sentía raro por el esfuerzo.
No estaba seguro de si a mi edad (43), aunque siempre he hecho deporte, era bueno hacer cardio intenso cada día durante un año entero.
No voy a un bordillo, hago un truco y me voy: yo me exijo y termino con la camiseta empapada.
Estuve informándome, hablando con algún médico por internet, y me dijeron que no había problema, que podía hacerlo.
Ese era mi único freno mental: si a los 43 podía meterme ese reto.

Fausto: Para ese reto de un truco al día durante un año, no solo importa la voluntad, sino tus hábitos de vida. ¿Cuáles son?

Oliver: No consumo alcohol, ni ningún estupefaciente. Como bastante sano.
No voy al gimnasio, no hago rutinas de flexiones ni pesas.
Gracias a la genética de mi madre estoy fuerte de base, y además llevo toda la vida patinando.
De hecho, si me pongo a hacer pesas, en una semana me pongo enorme y pierdo velocidad al patinar.
Yo peso 80 kg de forma natural, fibrado. Intento mantenerme en unos 78 kg, no subir más, porque peso mucho y las ruedas sufren.
Había un truco, el flatspin, que lo tiraba a 3 o 3,4 metros de altura; al caer reventaba ruedas.
En Nueva York tenía sponsor de ruedas, Zeus Wheels, y cada vez que tiraba ese truco, explotaban. Intentaba explicarles: “Peso 80 kg de músculo, las ruedas no aguantan”.
Por eso lucho a diario por mantenerme por debajo de mi peso máximo. 5 kg de más o de menos marcan la diferencia.
No tomo cafeína.
Me cuido mucho la comida: mucha verdura hervida, dieta controlada.

En el mundo del patín se asocia siempre a la adolescencia, de los 12 a los 18–20, cuando el cuerpo es de goma.
Antes hablábamos de los trucos que se hacían con esa edad: eran como muelles irrompibles.
Luego llegan los 25–30, el cuerpo se vuelve rígido… pero con 43 años yo siento que sigo ahí.

Fausto: No vas a hacer exactamente los mismos trucos de antes…

Oliver: Los hago y mejor. No te miento.
Todavía no he llegado al punto de decir: “Antes hacía esto y ahora no”.
Si no hago algo es por falta de motivación porque ya lo he repetido mil veces, no por limitación física.
El otro día, en el día 15 de reto, hacía 8 años que no tiraba un flat 540 bastante alto, de transfer de una rampa a otra. No lo hacía por falta de motivación. Ese día estaba motivado por el reto y lo tiré.
Alguien podría pensar: “Ya está mayor, no tira un flat”, pero lo puedo tirar.
No ha llegado el día en que diga que patino más flojo.
Diría que he evolucionado y he mejorado. Si no hago alguna “burrada” es porque ya la hice antes, no por sentirme más rígido.
Antes de patinar me paso una barra por espalda y piernas para hacer circular la sangre, uso cremas de calor… Me siento elástico.
Mi peor lesión es una hernia en una vértebra: se me mueve el disco y cuando me pega estoy 20 días sin poder atarme los cordones.
Eso es lo único que puede retirarme del reto.
Si no tuviera esa lesión, sería como si tuviera 20.
Yo sigo patinando como cuando tenía la edad de él.

Viendo la evolución, seguramente alguna cosa nueva saldrá este año. Incluso tenía en mente otro reto: hacer un truco más por día (el día 300, 300 trucos).
Pero no hay tantos trucos distintos en el patinaje, y si repito, ¿cómo meto 300 trucos en un vídeo de Instagram de 1 minuto? No cabe, la gente no lo vería.
Así que mi reto actual es un truco por cada día del año, intentando no repetir spot porque me aburro; y patinar aburrido, no.
Hay gente que me ha dicho: “Haz tres trucos un día, los guardas y luego los vas publicando”.
No, porque sería mentirme a mí mismo.
Lo que me motiva es que cada día es un día real más, no un montaje.
Si grabara varios días en uno y luego me quedara en casa, sería una mentira de un año entero. No tiene sentido para mí.

Fausto: Aquí se te junta la disciplina con tu forma de ser.

Oliver: Sí, es pura disciplina.
Tengo mi rutina: mi perro (un dogo argentino), mi trabajo en el estudio, y cada día mi rato para grabar.
Lo que le digo a la gente es: si llevo 30 años patinando, puedo patinar un año seguido. Un año, para mí, no es nada… salvo que la hernia o una fractura grave me paren.
Y aun así, con un hueso roto intentaría seguir.
Me he roto el tobillo y a las dos semanas ya iba con muletas y un patín en el otro pie, patinando y haciendo trucos con las muletas.
Quizá hoy, con la edad, pararía un poco más, pero si la fractura fuera en la mano, como ya me pasó, creo que seguiría.
No lo hago para demostrar nada a nadie, es mi forma de ser. No lo vivo como cabezonería, sino como disciplina: cuando me propongo algo, lo consigo.

 

Fausto: Joselu, ¿cuántos spots te quedan por hacerte aquí en Barcelona y alrededores? ¿Te los has hecho todos ya?

Joselu: ¡Si acabo de empezar!
De spots y de patinar calle no he visto ni la mitad de lo que hay en Barcelona. Me queda una vida patinando para ver toda la ciudad. Es muy grande y cualquier cosa puede ser un spot. Eso aún me queda.

Fausto: La diferencia que tiene el agresivo en inline, comparado con el skate, es que si a los skaters les quitan el Macba o X sitio, parece que se acaba el mundo.
En cambio el agresivo se resuelve en cualquier esquina.

Joselu: No comparemos skaters con rollers (risas).

Fausto: Hablo solo de encontrar spots para patinar.

Oliver: Encontrar spots para skaters también tiene lo suyo, pero yo creo que un skater ya en el suelo se divierte, tiene muchos trucos de flip, etc. No le hace falta ni spot, solo la tabla.
Eso es una envidia que me dan: tienen hasta la modalidad de hacer solo kickflips, impossibles, etc.
Nosotros necesitamos más planos inclinados; en suelo, ¿qué hacemos? ¿Un cess slide, un rolling?
El skate es más versátil a la hora de aprovechar cualquier sitio.

Fausto: ¿Objetivos a corto plazo? Lo hemos comentado por encima: tú seguir con tu reto, lo demás ya irá cayendo.
¿Y tú, Joselu?

Joselu: Grabar y hacer profiles. Eso es lo que hago. Y seguir superándome.
Si en este deporte no eres constante, se van las cosas, se pierden.

Fausto: Campeonatos hay pocos.

Oliver: Por desgracia, sí.
Los que se organizan de inline muchas veces ni están presentes a nivel mediático, como pasa con el Urban Extreme en Barcelona.

Fausto: ¿Qué opináis de que haya tan poca presencia o casi ninguna?

Oliver: A mí me parece fatal.
Ya nos sacaron de los X Games, no es olímpico, el inline agresivo parece que tenga una condena.
En los 90 pegó muy fuerte, estábamos por encima del skate, facturábamos más, y de repente nos sacan de los X Games.
Luego me enteré —yo ya estaba en Nueva York— de que nos sacaron de la competición que había aquí, el Extreme Barcelona.
Eso me parece fatal.
Ahora estamos en los FISE / LG (según época), y poco más. Son casi las únicas competiciones internacionales con nombre.

Fausto: Lo has dicho tú: menos usuarios, menos industria.
Menos industria significa menos apoyo económico, menos sponsoring, y una cosa alimenta a la otra: cuando hay pasta y usuarios, hay circuitos y eventos; cuando baja, se desinfla.

Oliver: También está pasando en el skate.
Sigo páginas de skate porque me gusta, y también están cerrando muchas marcas de zapatillas, de tablas… Es algo global.
Pero si comparamos el número de usuarios que hay en skate con los de rollerblading agresivo, no hay color.
Si lo comparamos con el inline fitness, ahí sí que hay más gente: las rutas nocturnas de aquí, por ejemplo, con 200–300 personas patinando.

Fausto: En muchas empresas, la marca que fabrica patín de fitness o quad es la misma que podría fabricar agresivo.
Son ellos los que deberían esforzarse en diversificar y cuidar esa parte, ¿no?

Oliver: Sí, el agresivo ha pegado un bajón. Es una pena, antes estábamos en todas partes.
Estaría bien que volviera, sobre todo para gente de la edad de Joselu, que tiene ganas de comérselo todo.

Joselu: Yo soy un caso un poco peculiar.
El único evento que me gustaría pisar alguna vez, por curiosidad, es la Winterclash, pero competir en skatepark me da mucha pereza.
Voy al skatepark a jugar, a pasármelo bien, pero cuando quiero patinar “de verdad” me voy a la calle.
Si no hay competiciones de calle, no siento necesidad de competir ni de moverme para ir a una competición de parque.
Para mí, sin más. Si no hay calle, no me muevo.

Fausto: Algo parecido pasa en BMX: está lo de calle y lo de circuito.
Uno requiere más técnica de repetición, de conocer el park; lo otro es salir a ver qué te encuentras.
Yo entiendo lo que dices, pero las competiciones también son importantes para el patín.

Joselu: Lo entiendo. Solo digo que yo no soy fan, no iría a competir por competir.

Oliver: Yo también lo veo más como un arte, una expresión corporal, que como una competición pura.
Ponerle puntos a alguien que hace algo muy personal tiene su punto raro.
Pero en mi época, las compes eran puntos de encuentro. Era el único sitio donde nos veíamos todos, cambiábamos información, veíamos trucos nuevos.
Hoy coges el móvil y sabes lo último de Estados Unidos al momento.
Antes, si no ibas a una compe, nadie te conocía y no veías el nivel de otros países.

Yo ahora también he cambiado el chip y lo veo más como un arte que como una carrera por quedar primero.
Pero sigo pensando que las competiciones son importantes para difundir el patinaje. Si no, desaparece.
Hay niños que ven eso en la tele o en redes y quieren hacer lo mismo; es importante que exista.
Tú, como joven, molaría que tuvieras cierta presencia ahí, aunque no sea para ganar.
En la Winterclash, por ejemplo, mucha gente va a ver, a patinar un rato, no necesariamente a competir.

Joselu: Me gustaría ir alguna vez solo para ver lo que es la Winterclash.

Oliver: Si vas te darás cuenta de que mucha gente no compite.
Michel Prado, por ejemplo, estuvo la última vez y creo que ni compitió, pero está bien que estuviera allí apoyando el patín.
Entiendo completamente tu punto: tú eres más de calle que de parque.
Yo también: si ahora me dices de ir a una compe, iría para apoyar, pero el hambre de competir ya no la tengo.
Tengo más hambre de grabar o hacerme un edit, como decías antes.
Con el reto diario lo tengo claro: ya no es “quién queda primero”, sino “aquí nos vemos, patinamos y nos damos puntos de otra manera”.

Siempre se ha dicho que no gana el mejor, gana el que ha tenido el mejor día y no se ha caído.
Puedes tener a Pepito, que es una bestia, pero si ese día no se siente cómodo, no le sale. Sabemos que es mejor que el que ha ganado, pero el título se lo lleva el que ha estado más fino ese día.
Las compes premian al mejor de ese día, no necesariamente al mejor en general.

Fausto: Tienen algo muy bueno: convocan.
Hacen que la gente que patina sola, como tú a veces, pueda encontrarse con otros.
No es tanto quién queda primero, sino todo lo que se crea alrededor.

Oliver: Sobre todo es encuentro y fiesta.
Yo creo que es importante estar en los eventos, presentes en las compes.
Aunque no compitas, vas, patinas, estás con colegas, ves cosas nuevas.
Cuando te ves con otros no haces los mismos trucos que harías solo; se abren ideas.

Joselu: Alguna vez he ido y he competido en alguna.
Me acuerdo de una en Francia, en un skatepark. No hice gran cosa, pero fui y participé.
No me sentí muy acogido, la verdad.

Oliver: Lo entiendo.
Los skateparks de muchas compes de ahora son muy pequeños comparados con los de antes.
Vas a un “chiqui-parque” y piensas: “¿Voy a competir aquí?”. Luego te vas a un parque de verdad, con quarters como halfpipes y barandillas como las de calle, como aquella competición aquí en Barcelona, y es otra cosa.
Me acuerdo de una barandilla que me llegaba casi al sobaco. Los funbox eran gigantes.
Ahora, en muchos sitios, las compes se hacen en parques muy pequeños y es normal que te desinfles un poco.

La última compe que hice fue en Liverpool, en Rampworx: un skatepark de bikers, con halfpipes enormes.
Daba respeto. Ahí sí te motiva.

Fausto: Yo tuve un circuito de street desmontable que utilicé en muchos eventos y que después vendí a gente del mundo del BMX.
Las transiciones estaban pensadas para BMX y inline:
– radio de 2,75 m en el quarter,
– quarter de 2–2,25 m de alto donde acababa el spine,
– funbox de unos 4 m de plano y 1,75 de alto hasta el plano…
Era perfecto para coger velocidad y hacer espectáculo.
Para skate no servía tanto, pero para inline y BMX era ideal.

Oliver: Eso es lo que falta: que la gente sienta esa experiencia de parque grande.
Si vas a un parque pequeño, dices “esto qué es”, pero hay parques y parques.
La única Summerclash que hicieron en Berlín fue algo así: creo que también era en un parque estilo Rampworx.
Si ves vídeos, el funbox da miedo.
Recuerdo tirar un flatspin ahí y tener las ruedas a la altura de la cabeza.
Barandillas con kink y caída fuerte…
Vi a Brian Aragon en una de sus últimas compes, a Alex Broskow destrozando el parque, a Yuri Botelho haciendo un disaster 450 back royal a una barandilla altísima…
Había un cajón a la altura de un primer piso, la peña saltando desde abajo, grindando allí arriba.
Ahora ves Winterclash y a veces te ponen cajoncitos pequeños. Esa es la diferencia.

Si pudieras ver esas compes de antes, quizá te animarías más a participar; te gustaría otro rollo.
También te queda mucho por viajar.

Más que solo grabar vídeos y mejorar, te animaría a viajar: ver otros parques, otra gente.

Joselu: Yo empecé a hacer calle el 1 de enero de 2024.
No es que lleve 3–4 años de calle; llevaba años patinando, pero salir a calle fue mi reto de año.

Oliver: Yo te había visto antes patinar skatepark solo, ¿verdad?

Joselu: Sí, ese fue mi reto del 2024 y ahora sigo.

Oliver: Esto le pasa a mucha gente: cuando pasa del parque a la calle, se obsesiona con la calle y ya no quiere saber nada del parque.
Es más creativo, más satisfactorio.
Yo era una rata de skatepark, pero de skateparks grandes. Empecé con halfpipe, luego parque, y sobre los 28 pasé a la calle.
Desde entonces casi no quiero saber nada de parques.
La calle te da más libertad creativa: de la nada haces algo, y eso es muy divertido.

Joselu: Si te gustan los cajones, tienes muros; si te gustan las barras, tienes barandillas; si te gusta saltar, tienes gaps.

Fausto: Igual que en BMX e inline: competir te obliga a mejorar y repetir trucos, es algo más monótono.
El estilo en calle es creación total, cambia todo el rato el espacio.

Oliver: Si me pones un parque en condiciones, tipo Liverpool, patinaría parque encantado.
Yo he dejado de patinar parque en España en parte porque no hay skateparks de ese nivel.
En Estados Unidos, por ejemplo, el Pier 62 es uno de los skateparks más grandes que hay, y allí sí que hice un vídeo de parque bastante fuerte, combinando con algo de calle.
Porque el parque me llamaba.
Aquí en España, salvo el de Valencia y alguno más, muchos los veo pequeños.

Joselu: Yo veo esos cajones y barras y me parecen gigantes (risas).

Oliver: El flat de ese funbox será como esto (señala algo pequeño).
Yo estoy acostumbrado a funbox cuyo plano hace tres veces esa longitud.
Para mí un flat largo es otra escala.

Fausto: La altura y el radio lo cambian todo.
Si el quarter es de metro y medio, no puedes hacer un flat muy largo; vete a 2–2,25 de altura y radio 2,75–3 y ya es otra historia.

Hemos hablado del inline, de la relación de North Point con su nacimiento.
North Point le debe mucho al inline.

Oliver: Y el inline a North Point también, diría yo.
Casi más el inline a North Point que al revés (risas).

Fausto: Bueno, se ha generado algo mutuo.
Si no hubiera existido North Point, quién sabe; pero si no hubiera existido inline, seguramente North Point tampoco habría nacido tal y como lo hizo.
Nace de la mano de chavales como Kilian, Espi, Bujanda, Alexis, gente a la que yo escuchaba hablar y flipaba.
Pensé: “¿Cómo entiendo a estos niños?” y de ahí me salió la emprendeduría para hacerlo de alguna manera.

Oliver: Todo el mundo llevaba pantalones North Point.
Quien no tenía uno era como “no eres roller”.
Hubo como 6 años así, y no lo digo por halagarte: me acuerdo de los pantalones de rayas, de colores…
Eran irrompibles, no se rompían.
Yo tenía el armario lleno.
Todo el mundo llevaba North Point: primero porque no se rompían, y luego porque eran anchos y bonitos.

Fausto: Considerar que no se rompan, que sean anchos pero no un saco de patatas y que sean atractivos, es lo que hizo que cuadraran.

Oliver: Si miras esta revista (enseña), mira la fecha: año 99.
¿Quién sale? John Julio y todos los pros, y aquí pone North Point, y aquí también…
North Point estaba por todas partes.

Fausto: Esta foto parece la zona de Sant Adrià, las Tres Chimeneas, ¿no? (risas).

Oliver: Es en Horta, al lado de “les tetilles” (risas).
Mira la pegatina de North Point.

Fausto: Es que te toca, por conocimiento. Lo que quiero decir es que North Point estaba muy presente en el patín.

Oliver: Es una pena que se haya apagado un poco, pero es normal: son muchos años, es inevitable.
No puedes pretender que el chaval que con 15 años le pone el alma a una ropa que le identifica siga igual a los 25.
Tiene una evolución lógica y natural: otras circunstancias, igual un hijo, otra vida.
Luego, cuando tiene cuarenta y pico, descubre que aquella North Point que guardó es un tesoro.

Fausto: Pasa a ser algo que de adolescente te enamoraba, luego te parece “obsoleto” y más tarde te das cuenta de que tienes un tesoro.
Y también hay que decir que el patinaje bajó, no solo North Point: esa generación de oro fue desapareciendo y con ella parte de la industria.
Luego todo ha vuelto a emerger, de otra forma, pero con otra energía.

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.