ENVÍO EN 24H-48H

PAGA HASTA EN 3 CUOTAS

PRIMER CAMBIO DE TALLA GRATIS

blog Urbano

North Point Cast; Entrevista #002 Oliver y Joselu

¿Sabías que en North Point también hacemos podcasts?

Sí, además de ropa, Pop Ups y movidas con la comunidad, también tenemos nuestro propio espacio donde hablamos con gente real que forma parte del universo NP. Artistas, riders, DJs, creativos… personas con historias auténticas y perspectivas que inspiran.

Aquí encontrarás las versiones redactadas de cada episodio: todo lo que se habló, sin perder el rollo ni los detalles.

Continuamos con el tercer capítulo con Pere360, Raba, Oscar Fuertes, Jaume Sala, que nos contó su camino, su visión y un montón de cosas que no te quieres perder. Y esto es solo el comienzo.

Fausto: Hola, este es el tercer episodio de North Point Cast y el eje de esta reunión de amigos es el mundo del BMX y todo lo que ha derivado de él.
Vamos a hacer una pequeña presentación de los que estamos aquí reunidos, como si fuéramos alcohólicos anónimos; en este caso, rodadores anónimos, ¿sabes? Así nos ponemos en situación.
Mi nombre es Fausto Ramírez, soy el fundador de North Point. En eso estaba, en eso estoy y en eso estaré mientras se pueda.

Raba: Yo soy Toni Raba, de Sardañola.

Jaume: Yo soy Jaume Sala y llevo muchos años en el mundo del BMX: como aficionado, rider, team manager, montador de rampas… un poco de todo.

Óscar: Yo soy Óscar Fuertes y un apasionado del BMX, literalmente. Llevo también un montón de años; no tantos como Jaume, pero por ahí vamos picados.

Fausto: Y además tienes la voz del BMX.

Óscar: Bueno, sí… un poco de pasión que me ha ido llevando a otras cosas. Ya lo explicaremos, tenemos rato.

Pere: Yo soy Peralta Falla, Pere360 ahora, y en el pasado, donde empezó todo, Biciclot. Contento de seguir viviendo y disfrutando del BMX y de los compis de hace 30 años.

Fausto: Aquí hay que hacer un comentario: hoy los que estamos tenemos canas… otros ya no tienen pelo… pero en su momento todos teníamos mucho pelo, y negro.

Raba: Y de colores.

Fausto: También de colores. Y como tú has dicho hace un rato, han pasado unos 30 años.

Jaume: Yo no tengo la sensación de que hayan pasado 30 años. Sigo disfrutando de la bici igual que entonces, montando movidas, concentraciones…
Creo que somos la concentración de BMX más longeva de toda Europa: llevamos más de 25 jams seguidas, solo se paró por el Covid.
Y cada año me lo paso bien montando la movida. Nocturnas, de todo. Nos reinventamos.

Llega un momento en que ya llevas 20 y pico jams y piensas: “¿Qué hago ahora? ¿Qué recorrido hago? He hecho todo Barcelona: arriba, abajo, verano, invierno… ¿con metro, sin metro, con policía, sin policía, legal, ilegal?”.
Y un día dices: “Va, la hacemos de noche”. Y es un éxito total.

Ahora ya estoy pensando en otras cosas, pero se me escapan un poco (risas).
La verdad, muy contento, Fausto, de estar aquí y de que nos hayas invitado.

Fausto: Gracias a vosotros, que seguís por aquí, zumbando todavía.

Raba: No sé si hay guion o no, pero también hay que decir que llevamos 30 años gracias a Fausto.
Cuando todos teníamos pelo y abdominales… porque teníamos abdominales, chicos.

Fausto: Sí, sí, teníais tabletas.

Raba: Teníamos tabletas todos los presentes, ¿eh? Quién más, quién menos.
Y Fausto, de una forma que aún no entiendo, porque teníamos 18, 20, 22 años, no solo nos aportaba ropa para los eventos, sino que nos dejaba su furgoneta, el equipo de música, la rampa… todo.
Un inconsciente total (risas). Pero le salió bien; si no, no nos habría invitado hoy.
Fausto fue una parte esencial para que el BMX en la zona creciera.

Óscar: Total, total, ahí está.

Fausto: Yo era el apoyo técnico, por decirlo de alguna manera.
Los motores erais vosotros. A esas edades hace falta alguien “adulto” que parezca que pone un poco de orden, que cubra el expediente.
Alguien que podáis enseñar y decir: “Mira, no estamos locos, hay un adulto aquí”. Y luego ese adulto hace así y se va (risas).

Pere: Yo, tal como lo viví, creo que fuisteis la primera marca que nos apoyó.
Y cuando te apoya una marca, como rider o practicante de un deporte así, es muy positivo. En el grupo es como: “Qué guay, ya hay una marca detrás”.

Pero fuisteis un poco más allá de lo típico. No era solo ropa: era la furgo, “venid aquí que tengo esta competición de inline, pero a las bicis les vamos a dar un hueco”…
Ha habido una relación que ha ido más allá de sponsor-marca-rider y ya está.

Fausto: ¿Sabéis qué pasó? Que me pillasteis después del inline.
Todo eso lo empecé con el inline, con los chavales, las furgonetas, las rampas, el equipo de música.
Cuando las pistas ya estaban hechas, os apuntasteis vosotros. Descubristeis que no era solo ropa: que era importante sentiros reconocidos cuando ibais al ayuntamiento o donde fuera, y llevar detrás un nombre que os respaldara, aunque no os resolviera nada “serio” en la vida. Pero por dentro te refuerza.

Yo ya venía “entrenado” con el inline, así que lo único que hicimos fue enlazar: evento de inline, evento de BMX.
Lo bueno es que las rampas tenían radios que iban bien para ambos. Para skate no eran las mejores, scooter aún no existía, pero para inline y BMX eran fantásticas. Así que las pistas se compartían.

Fausto: Me acuerdo perfectamente, y seguro que vosotros también, de una muy buena: montamos el fanbox dentro de una discoteca, en la parte interior.

Raba: En el Dixie.

Fausto: Sí, en el Dixie mítico, donde íbamos todos.

Jaume: Yo no fui porque me iba a Holanda, que en ese momento hacía de mecánico de la Federación Española de Ciclismo.
Pero me comprometí contigo: “Tranquilo, Fausto, lo montamos, habrá gente responsable, cuando se acabe la fiesta lo recogen”.
Yo llego el miércoles, pregunto qué tal ha ido… y el fanbox seguía dentro de la discoteca.
Me enfadé muchísimo con la persona que me dijo “tranquilo, yo me encargo”, pero tú, Fausto, ningún problema: “Todo bien, ya está”.

Fausto: Luego, viendo un fanzine de Último Ciclo de 2002, donde tú colaboraste, hablábamos de la polémica que había entonces entre el slopestyle de mountain bike y el BMX.
Había ruido raro en foros y redes de la época, y montamos un evento precisamente para juntar las dos escenas.

Pere: Sí, lo hiciste para juntar mountain bike y BMX, me acuerdo perfectamente.

Fausto: Yo conocía a gente como Andreu (Lacondeguy), que muchos ahora conoceréis. Un rider top mundial.
Se ha ganado muy bien la vida con la mountain bike, Red Bull y tal, pero entrenaba con BMX.
Me traía la BMX a la tienda, yo se la reparaba, entrenaba con ella en secreto y luego hacía los trucos “oficiales” en mountain bike para revistas y vídeos.

Había una disputa entre los que hacían mountain bike y los que hacían BMX.
Y yo pensaba: si este tío, que está en lo más alto, entrena con BMX, ¿cómo vamos a estar peleados?
Siempre he intentado hacer lo contrario: acercar, fusionar.
En muchos deportes pasa lo mismo: scooter con skate, skate con inline, etc.

Yo siempre he intentado juntar gente que no sea excluyente.
Al final, los espíritus son muy parecidos, aunque uno lleve ruedas de 8 cm y otro de 50.
Cuando te quitas lo que llevas en los pies y te vas a una disco o a una fiesta, ves el mismo tipo de persona, el mismo estilo de ropa, el mismo modo de vida.
Solo cambia que uno se pone pedales, otro una tabla y otro unos patines.

Eso es lo que me ha ido ayudando a ampliar comunidad. No hago distinciones ni excluyo a nadie.
Y si alguien es excluyente, conmigo no va muy lejos. La clave es la diversidad y el pasarlo bien.

Creo que quien haya practicado un deporte de riesgo, sea scooter, BMX, skate o inline, y lo ame de verdad, cuando ve otra modalidad siente algo parecido y la respeta.
En todos estos años he visto conflictos, sí, pero la gente que tiene pasión por lo suyo no va a buscar guerras; reconoce la misma pasión en el otro.

Fausto: Hoy en día en los skateparks se nota eso: suele haber buen rollo en general.
Pero sí hubo una época de muchas chispas, rivalidades…

Jaume: También es que cuando uno es joven somos todos niños, patilones.
Cuando un skatepark se llena demasiado, la gente se molesta.
En la época fuerte del inline también había pique entre BMX e inline.
Y ahora pasa con el scooter.
Cuando algo se pone de moda y hay demasiada gente en un mismo espacio, el problema es la saturación: diferentes niveles, gente que quiere estrenarse y otros que quieren entrenar serio.

Fausto: Eso se resuelve con respeto.
El que lleva tiempo debería acordarse de su primer día y, cuando ve a un niño empezando, ayudarle, guiarle: “Por aquí mejor no, vete a aquella zona”.
A mí me pasa mucho.

Jaume: Normalmente no hay problema cuando coinciden un biker con experiencia y un skater con experiencia: se miran, se entienden, no se cruzan.
El lío viene con los que no saben y, muchas veces, con sus padres.

Raba: Sí, el problema muchas veces son los padres que creen que el skatepark es un parque infantil.
Suelan al crío allí y se van a fumar, sin mirar nada, y el niño no sabe cómo comportarse.

Fausto: Sabiendo todo esto, una de las motivaciones que tuve hace dos años para reabrir el indoor que tenemos abajo fue precisamente esa.
El indoor estuvo funcionando desde el 96 hasta 2005 más o menos; luego se desmontó para usarlo de almacén.
Hace un año y pico decidí montarlo de nuevo.

¿Por qué? Por el recuerdo, sí, pero sobre todo porque tengo clarísimo que los niños deben ser los principales destinatarios del indoor.
Un lugar donde, con un profe o con alguien con experiencia, puedan practicar sin ese conflicto de saturación y de niveles mezclados.

Entiendo que quien tiene nivel, cuando va al park, va a saco: si tiene diez minutos o media hora, quiere aprovecharlos a tope.
Todo se basa en el respeto, pero los peques tienen que aprender ese código.

Raba: Si los padres saben, orientan al niño.
Pero muchos se piensan que es un parque infantil, sueltan al niño y desaparecen.
Ahí empiezan los problemas.

Fausto: Falta conocimiento, madurez y respeto.
Y eso se enseña. Hay que educar desde pequeños.

Yo muchas veces me dirijo directamente a los chavales.
Veo a la madre ponerse en alerta, como pensando “a ver qué le ha dicho”.
Y yo: “No, disculpa, solo quiero explicarle una cosa”.
Les hablo y les educo un poco.
Algunos amigos me preguntan: “¿Por qué pierdes el tiempo?”.
Pero es que es para convivir mejor en el skatepark.

Les digo: “Mira, esta zona es más de nivel medio, aquí se mete la gente que controla un poco más. Aquella al fondo es la zona pro; mejor no te metas aún. Y esta de aquí es la más tranquila”.
Y ya está.

A los niños les hablas con educación y te escuchan. El problema, muchas veces, son los padres.

Fausto: Por eso quizá hay que explicarles también a los padres, como tú, Raba, hiciste en una entrevista, cómo deben entender que su hijo quiera estar en un skatepark.
Que ir a un skatepark no es nada negativo: para el niño es una ilusión.
Lo que tienen que hacer es dejarle disfrutar.

Vosotros, que fuisteis niños y ahora sois padres, eso lo podéis explicar muy bien.

Raba: A mí me está gustando mucho una cosa que está pasando:
llevamos un par de meses recibiendo un modelo de bici con ruedas más grandes, más cómoda, y me están llamando padres para acompañar a sus hijos al skatepark.
Me encanta, porque son padres de 45–55 años, más o menos nuestra edad, que dicen: “Venga, voy con mi hijo a las rampas”. Brutal.

Fausto: El otro día, un miércoles que llovía, vino un chico, Alex, que estaba enseñando a un niño a patinar.
Luego vi a una persona mayor y, cuando me di cuenta, estaba enseñando a los dos: a un hombre de unos 45 y a un niño de unos 9.
Supuse que eran padre e hijo.
Los dos estaban recibiendo clase. El niño se fundía al padre, claro, era mucho más ágil, pero el padre estaba aprendiendo con unas ganas increíbles.
Al final me dijo: “Esta etapa yo no la he vivido; mi hijo me está enseñando a disfrutar”.

Yo creo que esto es algo que ahora sí existe y que nosotros de pequeños no tuvimos.
Nuestros padres no nos entendían: éramos los locos, los gamberros, los callejeros, los porreros…
Transgresores, en cuanto a normas: si había una norma, tú te la saltabas.

Ahora esos “locos” somos nosotros.
Hay toda una generación que está enseñando a sus hijos —como en el caso de Raba o de Jaume— que sus hijos e hijas están dándole muy fuerte al BMX.
Dasha ha estado en Japón, ha competido en Francia. Pau también.
En Francia están montando sin hacer ruido, pero con un nivelazo.
¿Por qué? Porque comparten tiempo padre-hijo.

Todo lo que tú sabes como rider se lo puedes transmitir.
Está claro que Pau ya monta mejor que Jaume, y Dasha que Raba, pero ellos les pueden aportar muchísimo conocimiento.
Eso nosotros, de pequeños, no lo tuvimos.
Nuestros padres asociaban bici a carretera, a Vuelta a España, a ciclismo de toda la vida.

Raba: Sí, bici era ciclismo de carretera.
Yo tuve la suerte de que mi padre era ciclista y me metió en el mundo del ciclismo.
Pero luego descubrí las “bicis voladoras”.
En Sardañola teníamos un grupo que llamábamos “los Viciosos de Sardañola”, Viciosos con B.
Yo me fui ajuntando con ellos y vi que ahí había más lío, más juego… era más divertido.
Me fui por ahí, pero sí es verdad que mi padre me metió en su afición y me pegó unas machacadas increíbles.

Y ahora estoy haciendo algo parecido con Dasha:
si le gusta, seguimos; si no, lo dejamos.
No se trata de obligar a un chaval a hacer deporte porque tú quieras.
Siempre digo que hay que enseñarles y motivarles, pero nunca obligarles.
Y si les gusta, como con una cometa, le das cuerda y que vuele.

Fausto: Bueno, esto es un salto, pero la etapa del 2000 hasta 2025, ¿cómo la habéis ido viviendo?

Pere: Juntos. La verdad es que juntos, siempre.

Yo me acuerdo perfectamente —lo hablábamos antes— de cuando empecé con Biciclot, antes de 360.
Mucha gente conoce 360, pero Biciclot fue donde empezó todo.
Tuve la suerte de que un buen amigo me enchufó con la Federación Española como mecánico de BMX Race.
Viajé por toda Europa y vi que fuera el freestyle estaba a tope.
Iba en coche y veía skateparks por todos lados: Alemania, Holanda, Francia, Inglaterra…
Y aquí en España éramos cuatro gatos dispersos, cada uno a su bola, sin instalaciones y sin material.

Me acuerdo de que Óscar ya empezaba a venir por la tienda y un día me dice:
“Pere, ¿por qué no tienes en la tienda un cuadro de BMX?”.
Y yo: “¿Tú estás loco? ¿Cómo voy a gastarme el dinero?”.
Le decía en broma: “Sí, si quieres traigo hasta dos”.
Pero claro, dos cuadros en aquella época eran como 500 euros inmovilizados ahí.
Años más tarde acabé siendo el distribuidor de Flybikes en España y traía cajas y cajas de cuadros.
Pero en ese momento parecía una locura: “España está fatal, no hay escena, es imposible”.

Había escena, pero estaba dispersa; por lo menos en Cataluña, que es lo que yo más conocía.
Y entonces nos fuimos conociendo todos, y cada uno aportando lo suyo fuimos haciendo crecer la escena, no solo de Cataluña sino de España.
A base de organizar eventos, que es lo que me gusta recordar: eventos para que la gente se encontrara, se conociera, viniera gente de fuera, se generara contacto.

Al final éramos tíos con ganas, y tiramos adelante eventos, una tienda, exhibiciones…
Me estoy acordando del equipo de 360, y antes del equipo de Biciclot.

Jaume: Primero fue Biciclot, sí.

Pere: Con Biciclot hicimos un montón de exhibiciones gratuitas para promocionar el deporte, para que la gente lo conociera.
Nos hemos visto en situaciones muy curiosas:
recuerdo una exhibición en medio de un bosque, en un campo.
Nos decían: “Es aquí”. Y nosotros: “¿Aquí, dónde?”.
Solo había unas cintas por donde pasaba un rally de mountain bike, un enduro.
Nosotros montamos el fanbox en medio del bosque y hacíamos la exhibición mientras las bicis pasaban.

Situaciones raras, pero todo por promoción.
¿Y por qué lo hacíamos? Porque nos lo pasábamos bien. Porque nos gustaba el “tinglao”.
Daba igual cobrar o no, era diversión:
“¿Quieres montar una exhibición? Vamos a montar. Vamos a saltar”.

Fausto: Y en ese reparto de tareas, ¿cómo sale que Óscar sea el speaker de referencia?

Jaume: Piedra, papel o tijera… (risas).
Con lo tímido que es, cogió el micro y se transformó.

Óscar: Salió solo. No me acuerdo muy bien, pero fue en Igualada.
Culpables todos… menos yo (risas).

Jaume: Una parte que yo aporté a la escena de BMX fue el tema de los parques.
No teníamos skateparks, y después de muchos años pidiéndolos, al final, con unos colegas, cogimos un solar en Igualada e hicimos un halfpipe, luego un fanbox, y acabó siendo un skatepark: ahí nació el Bike Paradise.
Allí empezamos a hacer eventos pequeñitos.

Sin quererlo, un día apareció un micro, lo cogió Óscar y empezó a hablar.
Y ya está. Esto era antes del 2000, por el 96–97.
Me acuerdo que el micro ni siquiera era fijo, lo pasábamos de mano en mano.
Pero llegó un momento en que la gente decía: “No, no, ¡el Óscar, el Óscar!”. Y se quedaba él.

Óscar: Yo hacía lo mío como todos, pero en algún momento me quedé con el micro.
Supongo que sabía los trucos, conocía a la gente… y ya está, la chispa de la vida, la voz, y se quedó.

Jaume: Lo de las preguntas, la dinámica de speaker, nació en Bike Paradise.
North Point ya estaba como sponsor.
Y ahí es donde yo empecé a organizar eventos, que es a lo que sigo dedicándome hoy en día: organizar eventos o trabajar para empresas que organizan eventos.

El Bike Paradise empezó por necesidad: por no tener rampas.
Si no te las hacen, lo que no te dan te lo curras tú.
Empezamos con pocas rampas, y con los años se convirtió en un bike park referente en España.
Era un solar donde parte del suelo era arena y parte madera: ahora lo llamarían DIY o ghetto, pero en esa época venía gente de Málaga a entrenar allí.

Luego, por suerte, el ayuntamiento nos hizo caso y construyó un skatepark.
Pasamos del Bike Paradise Park, donde estuvimos diez años, a trasladar las rampas.
El solar se vendió, desmantelamos todo y cedí las rampas al ayuntamiento.
Siempre he tenido claro que en Igualada, que es mi ciudad, quería proveer al deporte sin intentar ganar dinero del propio deporte.

Empecé a organizar la competición Bike Paradise Home en el skatepark de Les Comes.
Luego, con la motivación de gente nueva que empezó a montar, llegamos a crear un indoor park en Igualada, también construido por nosotros.
Fue un referente a nivel nacional e incluso europeo.
Hasta hace dos años, que un incendio lo destruyó.

Por falta de dinero y de motivación no lo reconstruimos. Llevábamos diez años con el indoor.
Pero justo cuando pasó lo del incendio, se estaba haciendo un gran skatepark nuevo en Igualada.
Así que pensé: “No tenemos Bike Paradise Indoor, pero el año pasado renació el Bike Paradise Home”.
Y ahora en breve hacemos la segunda edición: 17 de mayo, apuntadlo.

Fausto: Es importante. Igualada.
Ahora me toca explicar una cosa:
hace aproximadamente un año, Pere me contacta:
“Hola, Fausto, ¿qué tal? ¿Has vuelto con lo de North Point? ¿Qué estás haciendo? Tío, qué recuerdos…”.
Y me explica la idea del evento en Igualada.

Y yo le digo: “Buf, no tengo muchas ganas de moverme, ya no estoy para eso”.
Total, fuiste de los primeros que me pinchaste para ir.
Al final fui con la furgonetilla, con Malcolm y demás. “Venga, va, voy”.

Y desde entonces ha sido como encender una traca:
cuando te vi allí, Pere, organizando de nuevo, pensé: “Qué fuerte, qué bueno”.

Y fue ahí donde me reencontré con Raba.
Yo veía a una chica montando en bici y pensaba: “Qué chica tan guapa y cómo monta”.
Y resultó ser la hija de Raba.
Entonces le pregunté: “Explícame tu relación con el flat, la que tenías y la que tienes ahora, porque mucha gente no sabe ni lo que es el flatland”.

Raba: El flat es otra modalidad del BMX.
Necesitas una base plana y allí haces todas las acrobacias posibles en equilibrio: con pegs, con frenos… o sin frenos, según el estilo.
Es una disciplina que requiere muchas horas, constancia y es muy técnica.

Yo empecé haciendo rampa, dirt y flat, un poco de todo.
Pero a base de lesiones acabé tirando más hacia el flat, porque me di cuenta del peligro en rampa.
En aquella época no veíamos el riesgo como ahora.
Óscar lo sabe bien: empezamos con carreras de BMX, los campeonatos de race, y luego los campeonatos de saltos.
Yo me tiraba a lo que hiciera falta… y me iba rompiendo por todos lados.

Al final me centré en el flatland.
Pero es un deporte que exige estar muy encima, te machaca mucho.
Y gracias a vosotros dos —Pere y Fausto— he podido seguir.
Hubo momentos de quedarme un poco “cho” de tanto entrenar y machacar, de estar bastante solo, porque de flat por aquí había poca gente.
Los ramperos se quedaban en la rampa; de flatland éramos cuatro gatos.

Había momentos de bajón y entonces me decíais:
“Te voy a cambiar las ruedas, te voy a cambiar el cuadro, te pongo aquí un cuadro nuevo…”.
Y me venía otra vez el subidón: “Venga, sigo entrenando”.

Recuerdo el primer día que me dijiste:
“Pásate por la nave, hablamos”.
Yo salí de aquí con un sponsor, con ropa nueva, y fue como: “Me siento el puto amo”.
Eso te motiva a entrenar más, a querer que la marca esté contenta contigo y demostrar que vales.

Fausto: Por aquí siempre ha pasado mucha gente muy variada.
Pero, no sé por qué, siempre ha habido personas con las que he establecido un vínculo especial.
Y casi todas esas personas, en cualquiera de las áreas —música, patín, BMX…— no me han defraudado nunca.
Han desarrollado su camino, han seguido creando, y eso para mí es un orgullo enorme.

Y al final, este podcast va de eso: de historias que se cruzan, de cómo el BMX y North Point se han ido encontrando en jams, en exhibiciones, en tiendas, en fanzines, en discotecas con un fanbox en medio o en un bosque perdido.
Y de cómo treinta años después seguís aquí, rodando de día y de noche, con hijos e hijas que ya vuelan más alto que vosotros.

Así que, más que cerrar, lo dejo abierto:
nos seguiremos encontrando en las calles, en las rampas, en Igualada, en el indoor, en jams nocturnas…
North Point siempre tendrá un lugar para el BMX, y el BMX siempre formará parte de lo que es North Point.

Gracias por estar aquí, gracias por todos estos años… y que no pare la rueda.

Resumen de privacidad

Esta web utiliza cookies para que podamos ofrecerte la mejor experiencia de usuario posible. La información de las cookies se almacena en tu navegador y realiza funciones tales como reconocerte cuando vuelves a nuestra web o ayudar a nuestro equipo a comprender qué secciones de la web encuentras más interesantes y útiles.